Cómo cuidar la piel con cáncer de mama

Cómo cuidar la piel con cáncer de mama

Uno de los efectos secundarios más comunes al someterse a un tratamiento contra el cáncer de mama se presenta en la piel. La radioterapia y la quimioterapia provocan irritabilidad y sequedad en la piel, especialmente en las zonas más próximas a donde se aplica el tratamiento de radiación. Por ello, es importante seguir algunas recomendaciones para cuidar adecuadamente la piel durante un cáncer de mama.

Existe un documento muy completo que habla sobre tema. Se trata de la ‘Guía de cuidados dermatológicos del paciente oncológico’, respaldada la Asociación Española Contra el Cáncer, (AECC), el Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET), la Asociación Española contra el Cáncer Cutáneo (ASECCUT), la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR).

A continuación resumimos los consejos más importantes a tener en cuenta en este sentido:

Utilizar productos específicos

La piel se vuelve más sensible, por lo que es recomendable utilizar cremas y productos específicos. En este caso, consulta a tu médico para que te recomiende los más adecuados.

Protección solar

Es recomendable evitar largas exposiciones al sol y, en caso de hacer actividades al aire libre, es aconsejable utilizar factores de protección altos y extremar las precauciones.

Maquillaje corrector

Con los tratamientos de quimioterapia y radioterapia pueden salir manchas e imperfecciones en la piel. Como no pueden evitarse, en muchos casos se puede utilizar maquillaje dermatológicamente testados para cubrirlas y disimularlas.

Agua templada y jabones con pH adecuado

Para cuidar la piel, se recomiendan las duchas con agua templada. Además, es importante controlar el pH de los jabones que se utilizan en el baño, para que sea el adecuado para no irritar ni dañar la piel.

No utilizar ropa ajustada

En el caso del cáncer de mama en concreto, se recomienda utilizar sujetadores que no aprieten ni dañen la piel. Además, no es bueno rascarse o frotarse sobre la zona tratada.