Ambas son infecciones víricas, pero, en la gripe, el causante es el influenzavirus, muy contagioso y que afecta a las vías respiratorias, mientras que el resfriado común lo causa un rinovirus que afecta a las vías aéreas superiores. En cuanto a sus síntomas, nos ayudará a distinguir una de otra que la gripe, por ejemplo, es un cuadro viral agudo caracterizado por la aparición brusca de fiebre, entre 38º y 40º, con una duración de 3 a 7 días y que se acompaña de cefaleas, escalofríos, tos seca, falta de apetito, dolor al deglutir, dolor muscular, cansancio, malestar general y aparición repentina de la enfermedad.
En un resfriado común nos encontramos con que su aparición suele ser de forma lenta y progresiva. Sus síntomas más notorios son picor de garganta, nariz congestionada o que gotea y tos áspera, y, en ocasiones, puede aparecer dolor de cabeza leve, fiebre baja y cansancio.
Reposo y mucha paciencia
No existe cura para ninguna de las dos infecciones. Lo único que se puede hacer es tratar sus síntomas mientras nuestro cuerpo combate el virus. No debemos cometer el error de tomar antibióticos para este tipo de enfermedades, ya que se administran para infecciones bacterianas, y no para víricas, como lo son éstas.
Medicamentos sin receta, como algunos analgésicos, antitusígenos, expectorantes o descongestionantes nasales, nos pueden ayudar a aliviar los síntomas, siempre limitando su uso al periodo recomendado por tu farmacéutico o en el prospecto.
Recuerda
Para un consejo más personalizado, no dudes en contactar con tu farmacéutico Alphega.