¿Qué impacto puede tener la obesidad en la salud?
La obesidad y los problemas relacionados con el peso se han convertido en una epidemia mundial, cuyas tasas casi se han triplicado desde la década de 1970. Su impacto en la salud física y psicológica es enorme, y se estima que provoca la muerte de 4 millones de personas cada año.
Los efectos psicológicos de la obesidad también pueden repercutir gravemente en el bienestar de una persona, puesto que se encuentran relacionados con la insatisfacción corporal, la baja autoestima, la ansiedad, el bajo estado de ánimo y la falta de confianza.
La obesidad puede causar numerosos problemas de salud que es posible prevenir.
Ataque al corazón
Accidente cerebrovascular
Hipertensión (presión arterial alta)
Enfermedad cardiovascular
Enfermedad coronaria
Aumento de los niveles de colesterol
Resistencia a la insulina
Diabetes tipo 2
Dolor de espalda
¿Qué causa la obesidad?
La respuesta es más complicada de lo que se cree. Las investigaciones han demostrado que existen más de 100 factores diferentes que pueden contribuir al aumento de peso. A nivel individual, estos factores incluyen la genética, otros problemas de salud, los medicamentos, la salud mental, el sueño, la pobreza o el medio ambiente. En un nivel más amplio, se incluyen los cambios de valores en las sociedades y comunidades, los patrones de estilo de vida en el trabajo y en el hogar, la producción y el precio de alimentos, la infraestructura del transporte y el acceso a espacios al aire libre. Los cambios en la forma de vivir y trabajar de las últimas décadas han generado un entorno propicio para que la obesidad resulte mucho más probable.
La obesidad constituye también una condición compleja. Básicamente, su causa es un desequilibrio entre las calorías que se ingieren y las que se consumen, pero aunque los mensajes simplificados sobre comer menos y moverse más tienen cierto sentido, a menudo no son suficientes, puesto que no abordan ni los obstáculos de la persona para perder peso ni sus preferencias.
La investigación ha puesto de manifiesto la creencia generalizada de que la obesidad está causada por comportamientos que pueden ser adecuadamente controlados por la persona, como la dieta y el ejercicio, pero en realidad existen numerosos factores en juego que, a menudo, resultan parcial o totalmente ajenos a ella, como los factores ambientales y sociales.
Las intervenciones para mejorar la dieta y los niveles de actividad no pueden abordar todos estos factores, pero pueden ser eficaces para apoyar los cambios en el estilo de vida de las personas.