Un recién nacido no tiene unas pautas de sueño establecidas. Su ciclo de sueño está desorganizado y no diferencia el día y la noche, por lo que duerme a lo largo de las 24 horas del día.
A partir de los dos meses su ritmo de sueño será más regular, y entre los tres y los seis meses, el bebé dormirá periodos de tiempo cada vez más largos durante la noche y más cortos durante el día. A partir de los seis meses, cuando el bebé empieza a comer alimentos sólidos, ya podemos empezar a establecer una rutina horaria a la hora de acostarlo.
Acostar al bebé siguiendo siempre las mismas pautas es la clave para su descanso nocturno y el de los padres.
Consejos para establecer una rutina de sueño
Acostarlo siempre a la misma hora.
Seguir unos ritos: darle un suave masaje, cantarle una canción, darle un baño..., para favorecer la relajación de su organismo.
Crear un ambiente tranquilo en la habitación y con una temperatura adecuada.
Mantener la habitación a oscuras o con una luz tenue y en silencio. Esto ayudará al bebé a distinguir entre día noche y a reconocer el momento de dormir.
Vestirlo con la ropa adecuada para que no pase calor ni frío.
Procurar darle la última comida antes de las 22h. Después de esta hora, los cólicos u otros trastornos digestivos podrían impedirle conciliar el sueño.
Algunos consejos de seguridad para dormir a tu bebé
El moisés y/o la cuna deben cumplir las normas de seguridad.
El colchón debe ser firme. No acostar al bebé sobre superficies blandas, ya que puede correr el riesgo de ahogarse.
Acostarlos boca arriba para prevenir el síndrome de muerte súbita.
Utilizar sábanas, fundas, forros y colchones específicos para el bebé y adecuados a su tamaño.
Cortar las tiras y los lazos sobrantes de los protectores de la cuna para que no los mastique.
Evitar los huecos entre el colchón y la almohada.
Quitar los juguetes del moisés y/o la cuna mientras el bebé duerme.
Recuerda
Para un consejo más personalizado, no dudes en contactar con tu farmacéutico Alphega.